Joaquín Caparrós era el entrenador que necesitaba el Sevilla FC. Alguien que, después del fracaso de García Pimienta, sintiera los colores y pudiera rescatar al equipo de sus bajos ánimos. Su equipo había tocado fondo con una actuación pésima frente al resto de equipos de La Liga hasta abril de 2025. Desde entonces, el club sevillano ha conseguido recuperar parte de su confianza y acabar la temporada en el puesto 17, salvándose por un puesto del descenso a la Segunda División.
Todo a pesar de que Pimi, como se conoce entre los aficionados a su predecesor, García Pimienta, estuvo un total de 28 años como jugador y entrenador en el Barça. De todas formas, intentó que reluciera un Sevilla que tuvo a ratos un juego intenso con Badé de líder en defensa, Gudelj y Agoumé mandando en el centro del campo y dos extremos poderosos como Ejuke y Lukebakio que hicieron las delicias de quienes buscan las mejores apuestas.
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En abril, García Pimienta se vio obligado a hacer las maletas y dejarle el puesto a un Joaquín Caparrós dispuesto a salvar al equipo. La llamada del Sevilla por boca de su director deportivo, Víctor Orta, que se despide también del equipo en esta temporada, lo llevó a él. El nuevo entrenador suele comentar que la llamada fue una alegría, pero que sabía donde llegaba; aun así, estaba dispuesto a luchar en una auténtica jungla y ha conseguido con mucho trabajo que el equipo siga en la Primera División.
Los jugadores jóvenes han sido la proyección del Sevilla FC
En un documental reciente se veía muy bien cuál era la nueva situación del Sevilla. El presidente José Castro, que ya no está al frente del equipo, le explicaba al entrenador el método de trabajo del club andaluz. El Sevilla FC debía volver a su modelo de negocio; esto es, jugadores jóvenes, con proyección y que den rendimiento, títulos y después de eso, plusvalía al equipo.
Ese es el modelo que se ha intentado construir al final de la temporada, después de una profunda renovación en la entidad andaluza. El Sevilla FC que llegó a perder ante el Barcelona lo hizo con 12 puntos. Una de las pocas alegrías previas fue el triunfo en el derbi ante el Betis.
El 2024 fue por lo demás un año aciago, porque el club, por primera vez en 12 años, no disputaba ninguna competición continental y tuvo que reducir su presupuesto en 60 millones. No jugar en Europa le hizo perder una buena cantidad de sus ingresos y además tuvo que hacer frente a los costes de una plantilla que estaba sobredimensionada. Además, no podía hacer grandes ventas que le generaran plusvalías.
Por el equipo han pasado siete entrenadores en menos de dos años y Joaquín Caparrós es el octavo. Eso ha llevado a la destitución del director deportivo, Víctor Orta. Los dirigentes apuestan ahora por montar un nuevo equipo con futbolistas que tengan coste cero, aunque sean desconocidos para el gran público. Se trata de una plantilla con nombres como Agoumé, Peque, Ejuke, Lokonga, Iheanacho o Barco.
El resto de consolidar el juego del Sevilla
El Sevilla FC empezó la temporada sacando el balón desde atrás, y ahora tiene un juego mucho más directo y al contragolpe que le puede ayudar en los pronósticos si vuelve a la UEFA Europe League en el futuro. García Pimienta, el entrenador anterior, proclamaba que sus jugadores harían un buen año, pero no fue así. Joaquín Caparrós, su sucesor, estaba seguro de que el equipo no iba a descender y lo consiguió aunque fuera por los pelos. Así se lo dijo a los dirigentes cuando las cosas pintaban mal a su llegada.
Con el final de La Liga se ha respirado tranquilidad en la ciudad deportiva sevillista. Los expertos consideran que Joaquín Caparrós se ha adaptado muy bien a la entidad y a la plantilla, aunque el Sevilla FC sea todavía un equipo en construcción. El actual presidente, José María del Nido Carrasco, ha pedido a los seguidores que continúen mostrando su confianza en el club de cara a la próxima temporada. Eso sí, el actual Sevilla FC no se puede gastar mucho en fichajes. En la temporada pasada, pudo invertir ocho millones de euros entre los cuatro que pagó al Racing de Santander por el delantero Peque y los otros cuatro millones de euros que le dio al Inter de Milán para hacerse con el centrocampista Agoumé.
